Por: Juan José Antuna

Andrea Arnold es, por hacer un comentario totalmente objetivo; una de las cineastas y autoras inglesas más interesantes e importantes de todos los tiempos. Ahora, hablando desde un punto de vista totalmente personal, ver el cine de Andrea siempre es enfrentarse a una fuerza arrebatadora que no se sabe a donde nos va a llevar. Los temas y las manera en que Andrea hace su cine es de las más fascinantes, pero hablando de "Bird", la película más reciente de la realizadora, hablamos de la elevación de su discurso a través del tratamiento narrativo.
Bailey, de 12 años, vive con su padre soltero Bug y su hermano Hunter en una casa ocupada del norte de Kent. Bug no tiene mucho tiempo para sus hijos y Bailey, que se acerca a la pubertad, busca atención y aventuras por su cuenta, hasta que algo cambia con la llegada del enigmático Bird.

La mirada de Andrea está siempre atenta y preocupada para poner el foco en personajes en situaciones vulnerables, retratando su muchas veces limitado (por no decir precario) contexto social. Ese es un elemento que la ha acompañado desde sus primeros trabajos, como en el fantástico cortometraje Wasp (2003), así como el dar visibilidad a personajes femeninos que buscan libertad, y en ese proceso encuentran su identidad. En "Bird", en el personaje de Bailey vemos a una niña de 12 años que aún con su rebeldía, su padre amoroso pero poco preparado para educarla (extraordinariamente interpretado por Barry Keoghan), y lidiar con su madre y sus malas decisiones en el amor, que carga con tres infantes menores que Bailey; vemos un coming-of-age clásico que no dista mucho de los estudios de personaje a los que nos tiene habituados Andrea, personajes tan valientes (como la propia Andrea, y en un momento expongo el por qué) como complejos y arrolladores, que van muy encaminados al lenguaje que Andrea utiliza para contar sus historias.
Hay algo muy rico y especial en las formas y fondos de Andrea que la hacen no sólo una autora excepcional, sino una realizadora muy particular. Mientras sus fondos podrían incluso ser comparables con las del maestro Ken Loach (sin el contexto proletario) y los hermanos Dardenne, las formas van más hacia lo que podría ser un cine de Jarmusch, Larry Clarck, incluso del reciente ganador de la Palma de Oro, Sean Baker; lo distintivo en “Bird”, y que eleva todo en lo que hasta ahora nos había mostrado Andrea, es el tema fantástico.
Bird es un personaje cuya fuerza parece, y aparece como si fuera un intruso que viene de fuera de lo que hasta ahora había sido el mundo de Andrea, un personaje más parecido al cine de Alice Rohrwacher (o de Dumont, diría un amigo), un personaje que, aunque es real y tiene un pasado que no recuerda del todo (un misterio por resolver, y que además hace que entrelacemos el pensamiento de los personajes a su alrededor con lo que vemos), viene a la vida de Bailey como una fuerza arrolladora no sólo para cambiar su vida y ayudarla, sino para abrirle el camino al cambio y la aceptación, hacia con ella, con su entorno y las personas a su lado, comprendiendo el contexto que se vive alrededor, en el que aunque uno quiera hacer mucho más, simplemente a veces no se puede. Y como personaje atípico en un tratamiento tan vivo y realista como lo es en el cine de Andrea, que Bird haya sido interpretado por Franz Rogowski, quizá haya sido el mejor atino de Andrea para esta película.

Dentro de las cosas en las que Andrea abre el panorama en esta película más allá del fondo, también hay distintivos en sus formas, uno de ellos, el más visible, es la integración de las narrativas en la forma de comunicación de los jóvenes, con sus videos verticales, retratando a través del lenguaje de una niña de doce años momentos realmente bellos, contemplativos y poéticos de una naturaleza hasta cierto punto indescriptible, sólo admirable. "Bird" nos muestra no sólo la película más valiente por parte de Andrea que amalgama de manera perfecta con todo lo que Andrea ha retratado durante años, y las formas en que lo ha mostrado a través del montaje salvaje de su narrativa que siempre es acompañada por música espléndida. Nos muestra sin lugar a dudas, el alma libre y salvaje de Andrea, y la eterna juventud de la que es poseedora. Una película que en lo personal, siento no ha tenido el reconocimiento que se merece para los tiempos que vivimos, pero que a mí me ha entusiasmado de sobre manera.

Juan José Antuna:
Película que vimos en FILM FORUM

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